jueves, 17 de junio de 2010

Esencia de la Vida


                                 (óleo sobre tela)
                           Gusmanov Rajmed Askaravich


Esencia de la Vida
            2003

Alguien comentó como sentencia lo siguiente: “El hombre puede morir tranquilo si durante su vida tuvo un hijo, sembró un árbol y escribió un libro”. La frase me sonó insulsa, pero me puse a pensar en que podía ser realmente sabia, si luchamos y logramos que los tres resultados sean valiosos.

Cuántos, sabedores de esta frase popular y simple, habrán muerto satisfechos porque tuvieron no uno, tal vez dos o más hijos, sembraron un árbol y mandaron editar su “diario” o sus memorias, que nadie leyó.

La fórmula suena simple, pero es seguro que el creador de ella, la concibió profundamente.

Los hijos pueden ser nobles y virtuosos o pueden ser ingratos y perversos o sanos o enfermizos. No es solo el hecho de tener hijos lo que nos debe enorgullecer, sino el que ellos escojan una vida digna. Tampoco el hecho de sembrar un árbol es tan significativo a menos que se logre su pleno crecimiento para disfrute de su sombra o de sus frutos. En cuanto a escribir un libro, es meritorio, siempre y cuando el contenido tenga calidad literaria, sea importante para el lector y nos aporte recreación y cultura.


La creatividad es la que hace a un hombre conspicuo y apreciado. Crear obras para editarse, patentarse o exhibirse y que presten algún servicio a la sociedad o contribuyan a su recreación y su salud física y mental, es privilegio de contados seres humanos. No todos podemos ser inventores, descubridores, literatos, héroes o artistas, pero sí, creativos y conspicuos dentro de nuestras actividades cotidianas --ya sea de trabajo o doméstica-- lo que influirá en nuestro entorno, armonizándolo. Dignificaremos al hijo, lograremos un árbol frondoso y fructífero, escribiremos el libro de un buen proyecto de vida impreso en el alma y entonces, podemos irnos con la sensación de haber cumplido las tres tareas en las que se concentró algún anónimo pensador.

Dzunum

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