viernes, 19 de febrero de 2010

El Viejo y Tradicional Yucatán



El Viejo y Tradicional Yucatán
sigue Desmoronándose.
(Otro ataque del monopolio cervecero.
Ahora el español)

¡Qué tiempo aquél en que los yucatecos éramos, como pueblo, autosuficientes!

No participábamos de las ganancias de los capitalistas regionales, pero disfrutábamos de los servicios y producción que nos vendían. Conservábamos en la modernidad, la independencia que nos heredaron los abuelos mayas que nunca pudieron ser sojuzgados.

Nuestros ferrocarriles propios, nuestra industria tabacalera que entre sus marcas, también propias, permitía al más pobre de los campesinos disfrutar del (chaamal) Uxul, a cambio de un mínimo importe.

Nuestro oro verde, el henequén, fibra increíble nacida yucateca y ahora diseminada por el mundo entero. Otrora, fuente inagotable de divisas.

Nuestras sitios turísticos; arqueológicos y coloniales; nuestras industrias de productos alimenticios, agropecuarias, pesqueras, de transformación, artesanales, etc.,etc., nuestra prensa honesta y objetiva, nuestro equipo de pelota “Los Leones de Yucatán” y nuestra Cervecería Yucateca con su  "Carta Clara", "León Negra" y "Montejo" y su parque de pelota “Carta Clara”.

Por desgracia no pudimos evitar los yucatecos el fin de esos memorables días, en los que el mismísimo Gobernador del Estado salía en defensa de los productos regionales y no permitía la introducción al Estado, de productos que vinieran a competir con los “nuestros”. Alguna vez no se le permitió al monopolio bimbo introducir al estado sus productos para proteger la industria local.

Mucho de aquello acabó: el henequén, el ferrocarril, la tabacalera y quien sabe cuanto más, pero nos quedaba la Cervecería Yucateca con sus tradicionales marcas de sabor característico único en la industria nacional e internacional.

Una botella de 335 ml. Se compartía en dos pequeños vasos en forma de barril con el logotipo de la fábrica cervecera, chocando amistosamente. Cualquiera de las tres marcas…. así lo recuerdo.

La Cervecería Yucateca subsistía, aunque ya no produjera sus cervezas con las maltas importadas y para ahorrar costos se saturara de azúcar el producto en lugar del fino almidón de la malta de cebada que mediante un cuidadoso proceso se convertía en producto de primerísima calidad, orgullo de la industria cervecera mexicana.

Con la llegada de un enviado por la Cervecería Modelo a la gerencia de Cervecería Yucateca, de apellido Garma, disminuyó notablemente el empleo de malta de cebada y se incrementó el uso del azúcar, degradando irremediablemente la calidad de la cerveza, para proceder a la introducción de las marcas de Cervecería Modelo y acabar con las marcas regionales. Sin embargo las marcas yucatecas sobrevivieron gracias a nuestro regionalismo aunque sobran los malinchistas que decían sufrir tirix ta al ingerir el producto de marcas regionales.

Ahora, lejos de mi tierra, avecindado en el Estado de México, al leer el “diario” me entero de que la Cervecería Yucateca cerró sus puertas definitivamente. Se llevaron nuestra “cervecería” donde en los viejos tiempos todo mundo fue bien recibido.

¿Qué no podrá algún paisano ricachón invertir en una nueva fábrica o adquirir la de Chuminópolis?

¿Cuándo dejarán de pisotear la Constitución Mexicana los monopolios?

Si usted se asoma alguna noche por las instalaciones de la Cervecería, se va a encontrar con aquel caballero entre los caballeros que hizo un emporio de esta industria, que sus herederos no supieron administrar ni defender. Me refiero, claro, a Don Arturo Ponce (padre). Alguna vez saboreé con él una cerveza o un café en El Candado.

De gran corazón, Don Arturo financió un libro que contiene las necedades de aquel tabasqueño nacionalizado yucateco, para que éste se ayudara con su venta. Pueda que alguien se acuerde de él. Su nombre: Max Salazar 1º (poeta y peluquero, del crucero).

Dzunum

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