viernes, 7 de mayo de 2010

¡Dios Clemente Doña Inés!



¡Dios Clemente! ¡Doña Inés!

Por: Dzunum Saturday, Jul. 03, 2004

La obra teatral del hispano Tirso de Molina ha sido adoptada y adaptada a través de los siglos por grandes literatos europeos hasta que llegó a la cúspide donde la llevó José Zorrilla.

Con sólo frases muy breves identificamos de inmediato la obra del español José Zorrilla:

¡Cuán gritan esos malditos! ¿No es verdad ángel de amor? ¡Lo dicho comendador!

Obra en verso para teatro, cuyo principal protagonista, prototipo del embaucador, engañador, conquistador y seductor de mujeres, Don Juan, acumula a sus viles seducciones, la muerte -bajo su hábil espada- de incontables hombres que sólo quisieron lavar su honor.

Arrastra tras de sí toda una vida de crápula y de acciones envilecedoras, que, sin embargo, pregona orgullosamente: “Por donde quiera que fui – la razón atropellé – la virtud escarnecí – a la justicia burlé – y a las mujeres vencí".

No obstante haber vivido seduciendo mujeres, valiéndose en ocasiones de alcahuetes y dádivas en dinero y no guardando el mínimo respeto por las cosas sacras de la religión, Don Juan, a punto de morir, encuentra el amor y loa a Dios.

Este burlador de mujeres arrogante y engreído, es conocido personaje nacido para el teatro, en un monasterio, (durante el llamado “siglo de oro” en España), gracias al genio del fraile Gabriel Téllez, conocido en el mundo del teatro como Tirso de Molina, quien bautizó a este “macho antiguo” como Don Juan, en 1630.

Llegado Don Juan a Francia, es adoptado por Moliere en 1665, quien presenta a Don Juan ou Le Festin de Pierre, aun más cruel y deshumanizado, en el Palais Royal de París.

En 1787 con libreto del abate Lorenzo da Ponte inspirado en esta obra de Tirso de Molina y la deliciosa música del genio Wolfgang Amadeus Mozart, se estrena en Praga la hermosísima ópera Don Giovanni, que inmortaliza así a Don Juan.

Don Juan reaparece en su país natal (España) en una comedia llamada “No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague” escrita por Antonio de Zamora e impresa en 1792, persistiendo su representación durante medio siglo en los escenarios españoles.

El escritor inglés Lord Byron, hace al burlador de Sevilla a su manera, quitándole lo violento y osado y convirtiéndolo en un perseguido por las mujeres.

Alejandro Dumas (padre) bautiza al mujeriego como Juan de Mañara y lo involucra en una obra medio trágica y llena de fantasías.

El Don Juan de Mañara es precisamente quien precede al Don Juan Tenorio de José Zorrilla estrenado en 1844.

Espero que con este breve resumen que he reconstruido, reafirme el lector el valor y la magnitud de esta obra literaria, tan singular, que Zorrilla llevó a la perfección literario teatral sin que Tirso de Molina pierda la paternidad.

Es grande y famosa, a tal grado, que atrajo la atención y admiración de varios grandes literatos europeos y del enorme genio musical de Mozart, intelectuales brillantes que se sirvieron de tal obra para sus geniales producciones.

Finalmente Don Juan cae bajo la pluma genial de José Zorrilla, quien al fin y a cabo español como el fraile que dio vida al famoso personaje, lo entiende muy bien y lo amalgama en definitiva para regalar al mundo esta incomparable obra teatral.

Como observación personal me atrevo a agregar que, si ha sido un hermoso detalle sumar la presentación de esta obra en nuestro país a los festejos anuales de muertos, la costumbre de presentar parodias chuscas cada vez más deformadas y procaces, desvirtúa de manera importante los mensajes que contiene la afamada obra, así como su calidad literaria.

Dzunum.



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